martes, 8 de noviembre de 2011

EL SISTEMA PRIVADO DE PENSIONES


Sesudos analistas y “especialistas” se preparan por enésima vez, desde el 2001, a plantear una reforma al Sistema Privado de Pensiones. Muchos desmemoriados o “intencionalmente sin memoria” no recuerdan que el primero que habló de esta reforma fue el Maestro Pablo Macera cuando fue congresista en el periodo 2000-2001.
En ese entonces, una ofensiva mediática frenó cualquier intento de cualquier reforma. La propuesta era simple pero a su vez muy profunda. En plena recesión de finales de los 90s, los fondos de los pensionistas del SPP habían sufrido una gran merma mientras que se había pagado “religiosamente” la comisión de administración durante todos esos meses. Nadie había dicho nada y menos se habían percatado los aportantes.
Pablo Macera con gran agudeza planteó que la reforma del SPP pasará por crear varios tipos de fondo (lo que se hizo luego), que la comisión de administración tuviera un componente fijo y una variable dependiendo de la utilidad lograda, se abriera la competencia a otras formas de ahorro previsional  y se invirtiera los recursos en infraestructura en el Perú (que poco a poco se está haciendo) a fin de lograr mayor rentabilidad a las inversiones.
Hoy en día todos se han dado cuenta que el SPP a pesar de que es un buen sistema tiene una gran carga de inequidad: más del 30 % de lo que aporta el trabajador cada mes, se va como comisión de administración. Sin embargo es menester aclarar que lo bueno del sistema es que los fondos pertenecen al trabajador y en el largo plazo logran ser rentables (en el momento que se jubila el trabajador).
 Sin embargo hay “ignorantes” en la materia que hablan “alegremente” de pérdidas de los fondos y alarman a los aportantes:  Ninguna inversión tiene pérdidas si no es realizada. Las inversiones de largo plazo se tienen que medir en el largo plazo¡
Tuve a la mano en el 2001 tres estudios realizados por especialistas de la Universidad del Pacífico , de Argentina y de Chile. Los tres coincidían que se debía reformar el SPP y que había una agenda pendiente, hasta la fecha: el cobro de una comisión más competitiva, disminución de la tasa que se paga por seguro y ampliar los instrumentos de inversión. A ello hay que sumarle la necesidad que los trabajadores independientes sean captados por el SPP y que se comprenda que el SPP fue creado también para que generara un mercado de capitales internos y a su vez esos recursos sirvan para financiar proyectos en el Perú, país que requiere  de capitales de riesgo (cabe destacar que las AFPs con frecuencia han exigido poder invertir los recursos fuera del país).
Esperemos que esta vez, si se concrete una real reforma al SPP en beneficio sobre todo de los aportantes.

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