sábado, 5 de noviembre de 2011

¿ Y DONDE ESTA EL PILOTO?


Hoy se cumplen 100 días de un gobierno que despertó desde su origen muchos temores y expectativas. “La Gran Transformación” y “La Honestidad es el cambio” fueron dos de sus lemas de campaña, los mismos que no tienen ningún correlato con lo vivido en estos días.
Este gobierno fue electo con el apoyo de los llamados “cívicos”, “caviares”, dignos” y con la “bendición” de los autodenominados “garantes de la democracia”; sin embargo son estos  mismos los que hoy se tapan los ojos y oídos frente a muchos escándalos y denuncias.
Coincido con un buen analista y mejor amigo cuando dice que OH gobierna en “piloto automático”.  Muchos dirán que es muy poco tiempo para pedir resultados pero también les recordaría a estos “ingenuos” que también es “muy poco tiempo” para tantas “perlas”.
Está visto que la “derecha boutique” se ha dado cuenta que es mejor adular (da vergüenza ajena recordar los halagos de un ministro a la esposa del presidente) o acomodarse que criticar muchos síntomas peligrosos o actos “oscuros”.
El gobierno de OH empezó con un escándalo aún no esclarecido de su “hermanísimo”, seguido de mentiras y medias verdades como “el balón de gas a doce soles” o los 250 soles (entre dos) en el caso de la  “pensión 65 “ y se corona con las veleidades de un congresista que apela a su “juventud e inexperiencia” para justificar hechos “raros”.
A ello le siguen una “razzia” en la Policía que no responde, aparentemente, a un plan coherente; las movidas y ascensos de sus “promocionales” y la otra razzia en el cuerpo diplomático; mientras que algunos poco eficientes ministros se aferran a sus carteras sin mostrar un ápice de idoniedad (una ministra viajera, otra “`pechadora”, otro al que no le alcanza el sueldo y un nuevo ministerio que debió “sepultar” a su antecesor al asumir la mayoría de  sus funciones).
Si algo resume la labor del gobierno de OH es una frase antigua pero vigente: “mucho ruido, pocas nueces”:  Llamados a la inclusión social, un impuesto a la minería cuyo monto aún no se conoce con alguna aproximación, algunos “tweets” de la pareja presidencial, algunos gestos del Primer Ministro y del Ministerio de Economía y Finanzas, una bancada que nada tiene “que envidiar” a los anteriores “otorongos”;  una que otra gira a provincias, un “rochoso” viaje familiar al gran país del norte, aún poca credibilidad entre los inversionistas y altos déficits de ejecución de obras concretas o al menos un panorama que así lo indique.
Y si nos reafirmamos en lo dicho por mi amigo Lucho Iparraguirre o sea que el Perú es gobernado en “piloto automático”, cabría la pregunta salida del nombre de  una película de humor de dudosa calidad: “¿Y dónde está el piloto? (“Aterriza como puedas”, otro nombre con el que se conoció esta película).


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