jueves, 20 de octubre de 2011

¿EXISTE OPOSICION?


Es una pregunta que muchos peruanos se harán hoy en día al leer, escuchar o comentar la actuación de nuestros políticos, sea en el Parlamento o en los ámbitos extraparlamentarios.
En abril último la ciudadanía eligió 130 nuevos congresistas, de los cuales solo 47 son parte del partido de gobierno. Sin embargo, prácticamente todos los grupos políticos, con excepción del grupo parlamentario fujimorista, se han subido al carro del poder y forman parte de una mayoría congresal que ha ido en contra del mandato de sus electores. Sin embargo, valga verdades, ni la propia bancada fujimorista ha podido aún articular una presencia digna en este, hasta ahora,  oscuro parlamento.
La pregunta que cae de madura es: qué significa ser oposición en una sociedad democrática?.
La ciudadanía no solo elige a los que van a gobernar un país; también elige, por defecto, quienes serán oposición en los siguientes cinco años, que constitucionalmente dura un mandato presidencial o congresal, salvo que eso sea cambiado al amparo de un “juramento espúreo”.
El papel de una oposición en toda sociedad democrática se basa en la fiscalización de los actos de gobierno y el plantear alternativas para una mejor marcha del país. La ciudadanía no quiere una oposición radical, que se oponga a todo porque sí. Sin embargo, la ciudadanía exige que los “perdedores” sigan con la línea planteada en un inicio y por la cual votaron sus electores.
Hoy observamos sin ya ninguna sorpresa a congresistas justificar cualquier medida gubernamental, los mismos que ayer nomás tildaban a los hoy ganadores, como “salto al vacío” o de tener planteamientos que llevarían al desastre al país. ¿Qué “iluminación divina” les hizo cambiar de opinión tan drásticamente? Los electores censurarán tarde o temprano los vaivenes producto de pequeñas prebendas como el ser llamados “señores presidentes de una comisión del Congreso”, ser ministros u ocupar algún cargo bien remunerado en la frondosa  e inepta burocracia estatal. En el peor de los casos, algunos congresistas susceptibles de sanciones incluso penales, hoy ceden sus posiciones iniciales ante el temor de ser sujetos de juicios sumarísimos que los lleven a la vacancia.
Ayer se produjo el primer encontronazo en la hoy “mayoría congresal”. El partido de gobierno y el intolerante presidente del Congreso vieron frenada su intención de debatir “manu militari” la “Ley de Consulta Previa”. ¿Hasta cuándo durará esas súbitas muestras de lucidez?.
La prensa, llamada el “Quinto Poder del Estado” tampoco aprueba en su actuación. Muchos medios y periodistas han pasado del encono total a una actitud genuflexa y complaciente, salvo honrosas excepciones. No se requiere una prensa ni “chicheñó” ni una “hepática. La ciudadanía requiere una prensa libre, objetiva y vigilante del poder.
En suma, el Perú necesita no solo tener un buen gobierno, también requiere, de forma imperativa, una oposición lúcida, eficiente y proba; capaz de articular una posición fuerte ante cualquier actitud que ponga en peligro todo lo avanzado en estos 21 años.

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